Hablar en público es una de las actividades que más temor produce en las personas. No importa si el evento es grande o más intimo, la sensación de tener a un número determinado de personas mirándote y atentos a lo que estas diciendo produce en muchas personas una ansiedad enorme. Pero esa sensación se puede combatir con una buena preparación, seguridad y práctica.
En la vida laboral te vas a encontrar muchas veces con este tipo de situaciones, por eso aquí te dejo 18 consejos para hablar en público que te ayudarán a enfrentarte a ese momento de una forma más cómoda y sencilla.
Indice
- 1 4 errores que nunca debemos pensar al hablar en público
- 2 Consejos para hablar en público
- 2.1 Prepara cuerpo y voz antes de hablar en público
- 2.2 Prepara la charla
- 2.3
- 2.4 Controla el tema del discurso
- 2.5 Respira profundo varias veces antes de entrar
- 2.6 Suelta la energía antes de entrar a escena
- 2.7 Controla tu actitud
- 2.8 Visualiza tu intervención
- 2.9 Posición inicial: En el centro de la sala
- 2.10 Postura inicial (sólo inicial)
- 2.11 No dejes mucho a la improvisación
- 2.12 Cuida el contacto visual
- 2.13 Mueve los brazos para enfatizar
- 2.14 Movimiento en escena
- 2.15 Evita elementos que distraigan
- 2.16 Evita muletillas
- 2.17 Voz no lineal
- 2.18 Da opción a que el público intervenga
- 2.19 Mira a los ojos si alguien pregunta
- 3 ¿Conoces algún consejo más?
Indice
- 1 4 errores que nunca debemos pensar al hablar en público
- 2 Consejos para hablar en público
- 2.1 Prepara cuerpo y voz antes de hablar en público
- 2.2 Prepara la charla
- 2.3
- 2.4 Controla el tema del discurso
- 2.5 Respira profundo varias veces antes de entrar
- 2.6 Suelta la energía antes de entrar a escena
- 2.7 Controla tu actitud
- 2.8 Visualiza tu intervención
- 2.9 Posición inicial: En el centro de la sala
- 2.10 Postura inicial (sólo inicial)
- 2.11 No dejes mucho a la improvisación
- 2.12 Cuida el contacto visual
- 2.13 Mueve los brazos para enfatizar
- 2.14 Movimiento en escena
- 2.15 Evita elementos que distraigan
- 2.16 Evita muletillas
- 2.17 Voz no lineal
- 2.18 Da opción a que el público intervenga
- 2.19 Mira a los ojos si alguien pregunta
- 3 ¿Conoces algún consejo más?
4 errores que nunca debemos pensar al hablar en público
Estos son los conceptos erróneos que tendemos a pensar cuando hablamos en publico, pero nada más lejos de la realidad.
«Todo el mundo se esta dando cuenta de que estoy nervioso»: No es cierto, muy pocas personas o incluso ninguna se darán cuenta de tus nervios. Aunque estés nervioso actúa de forma confiada y así tus nervios no serán mostrados hacia los demás aunque los estés teniendo.
«Cuanto más avanzo en la exposición más nervioso estoy»: No es cierto, por lo general si la exposición ha sido preparada con anterioridad tendemos a relajarnos conforme vamos hablando y vemos que no sucede nada malo.
«Los nervios me van a arruinar la exposición»: Depende de ti. No debes permitir que esto suceda. Concéntrate en lo que estas diciendo y no te repitas a ti mismo lo nervioso que estas. Ten en la mente siempre impulsos positivos como «todo va a ir bien».
«El público va a criticar todo lo que diga y haga»: La mayoría de los asistentes son educados y más cuando se ve el esfuerzo por parte del ponente. Piensa que la gente que esta escuchándote es por que le interesa lo que vas a decir.
Consejos para hablar en público
Aunque la mayoría de las veces el miedo a hablar en público es psicológico, se puede combatir con una buena preparación previa de todos los factores que influyen en nuestra actuación.
Prepara cuerpo y voz antes de hablar en público
Antes de salir de casa dedica unos minutos para ti, haz estiramientos y calienta la voz.
Estos son algunos de los ejercicios que podemos realizar para conseguir el efecto deseado.
1.Estiramientos de brazos: Separa ligeramente los pies y levanta los brazos estirados hacia el techo. Sujeta con tu mano derecha la muñeca izquierda y tira de ella para estirar todo el brazo, mantén unos segundos y relaja. Seguidamente hacemos lo mismo pero sujetando la muñeca derecha con el brazo izquierdo, mantenemos y relajamos. La respiración debe ser profunda y acorde con el movimiento de manera que cogemos aire cuando nos agarramos las muñecas y vamos soltando poco a poco mientras estiramos. Podemos repetir este ejercicio un par de veces.
2. Estiramiento de cuello: Giramos la cabeza hacia un lado tocando con la barbilla el hombro y vamos girando lentamente la cabeza hacia el otro hombro sin despegar la barbilla de nuestro cuerpo. Seguidamente repetimos la misma operación desde el hombro contrario hasta el primero. Este ejercicio podemos realizarlo varias veces.
3. Estiramiento de la musculatura facial: Hacemos una serie de gestos exagerados con la boca para estirar los músculos faciales, podemos abrirla y cerrarla y desplazar los labios hacia los lados de la cara. seguidamente podemos pellizcar los pómulos para terminar de estirar todos los músculos faciales.
4. Estiramientos del tronco: De nuevo separamos ligeramente las piernas y con las piernas estiradas bajamos el tronco como queriendo tocar los pies, pero sin forzarlo. Mientras cogemos aire lentamente vamos levantando el torso y colocamos las manos en el pecho inspirando todo lo que podamos. Nos mantenemos unos segundos en esa posición y soltamos lentamente el aire mientras recuperamos la posición inicial intentando tocar los pies con nuestras manos. Repetiremos este ejercicio 2 o 3 veces.
6. Calentamiento abdominal: En posición erguida cogemos aire y lo expulsamos a golpes secos con la boca casi cerrada, notando como apretamos el abdomen con cada expulsión. Puedes ayudarte de onomatopeyas como «PS PS PS» o «XT XT XT» para que te resulte más fácil el ejercicio.
7. Calentar la voz: con los ejercicios anteriores hemos ayudado a calentar la voz haciendo respiraciones profundas pero podemos ayudar un poco más diciendo un trabalenguas o pronunciando palabras largas de forma muy exagerada para mover a la vez toda la musculatura de la boca y los labios.
Prepara la charla
Lo primero que hay que hacer es una lluvia de ideas para seguidamente darle un orden. Una vez tenemos las ideas claras y ordenadas nos haremos un esquema muy resumido con las partes clave del mismo que nos guíen de un punto a otro. Organizar tus ideas de esta manera te va a permitir tener una claridad mental que hará imposible que se te olvide lo que vas a decir.
Controla el tema del discurso
Tener un amplio conocimiento del tema que vas a tratar, hace que tengas mayor seguridad y puedas tener recursos suficientes para salvar situaciones inesperadas como fallos en las presentaciones del PowerPoint o preguntas de los asistentes. Por este motivo, cuanto más control tengas sobre el tema, más seguro te vas a sentir.
Respira profundo varias veces antes de entrar
Mientras esperas para entrar a exponer, realiza una serie de respiración diafragmática. Esto consiste en respirar profundo por la nariz, llevando el aire a tu estomago y soltar el aire muy despacio por la boca. Este sencillo ejercicio reduce la ansiedad y los nervios de forma muy eficaz.
Suelta la energía antes de entrar a escena
Uno de los trucos más usados por las personas que acostumbran ha hablar en publico es convertir la tensión y los nervios acumulados en energía antes de comenzar la ponencia. Ve a un sitio apartado y descarga tu tu cuerpo con un sencillo ejercicio, no es mas que dar saltos repetidamente en el sitio. Esa energía te va a ayudar a impactar más aún en tu público ya que ellos van a notar la energía que has generado y no los nervios.
Controla tu actitud
A la hora de entrar a la sala de conferencias lo más importante es mantener una actitud totalmente positiva. No puede haber lugar en la mente para ningún pensamiento negativo. Nunca podemos pensar que se nos va a olvidar lo que tenemos que decir o que la gente se va a reír o que algo va a salir mal. Hay que mantener en la mente solo pensamientos positivos como por ejemplo pensar que estas totalmente preparado porque has realizado toda la preparación previa que hay que hacer antes de enfrentarte a un discurso, que lo has practicado lo suficiente y que todo lo que va a suceder a partir de ese momento va a ser perfecto.
Visualiza tu intervención
Cuando la gente comienza a entrar, mira hacia el escenario o la zona donde vas a estar cuando des el discurso y visualizarte a ti mismo en ese lugar repasando mentalmente tu discurso. Esto va a hacer que te familiarices con la situación y al salir realmente al estrado no encontrarte con una situación totalmente nueva.
Posición inicial: En el centro de la sala
Cuando entramos en escena, la posición inicial debe ser centrada con respecto a la sala y el escenario, de esta manera permites que el público te vea y tu puedas ver también a todos los asistentes. Una vez tomada esta posición y esperando unos minutos de rigor podemos movernos lentamente por todo el escenario haciendo nuestro todo el espacio que se nos proporciona.
Postura inicial (sólo inicial)
La postura inicial al igual que la posición inicial, simplemente es una presentación corporal para los asistentes. La postura ideal para presentarnos es con los brazos a lo largo del cuerpo. Esta postura no debe ser rígida pero tampoco desgarbada, hay que transmitir seguridad y tranquilidad. Una vez pasados los primeros instantes podemos comenzar a interactuar con los brazos pero siempre de forma natural, no debemos exagerar los movimientos ya que podemos desviar la atención del público.
No dejes mucho a la improvisación
No es bueno que improvises la ponencia entera, pero tampoco te lo aprendas todo de memoria. La memoria puede jugarte una mala pasada y provocar que te quedes en planco. Por ello, debemos tener claro lo que queremos decir pero no aprendernos palabra por palabra el discurso. Por otro lado si quieres hacer una buena exposición no puede ser improvisada ya que, lo más seguro, es que te dejes información valiosa sin contar o que te desvíes del tema principal.
Cuida el contacto visual
Hay varias formas de mirar cuando estas hablando para un numero de personas elevado. Por un lado, podemos hacer barridos con la mirada de lado a lado de la sala y de delante hacia atrás, y por otro lado podemos mirar individualmente a las personas saltando aleatóriamente por toda la sala. Esta segunda forma tiene una premisa para que los asistentes no se sientan incomodos, no debemos mantener la mirada fija en una misma persona mas de 3 segundos.
Mueve los brazos para enfatizar
Como ya hemos visto antes, el movimiento de los brazos es parte de la expresión corporal y ayuda a transmitir tus estados. El movimiento de los brazos de forma más enérgica nos puede ayudar a la hora de destacar partes que consideremos importantes de en el discurso.
Movimiento en escena
Los movimientos por el escenario también son otro de los elementos que ayudan a nuestro discurso. El movimiento lateral, de lado a lado, implican dominio de la situación y del ambiente. Cuando nos desplazamos hacia delante, destacamos lo que estamos diciendo en ese momento. Y si el desplazamiento es hacia atrás, denota negatividad.
Evita elementos que distraigan
La vestimenta también influye a la hora de mantener la atención del público. Debemos evitar los complementos llamativos o sonoros como el uso de collares, pulseras, tacones y demás elementos que puedan dejar lo que estamos diciendo en un segundo plano ya sea por su movimiento o por el sonido que puedan producir al movernos.
Evita muletillas
Uno de los recursos que más se usan y que peor efecto causan en el público son las llamadas «muletillas» u onomatopeyas. Una de las más usadas es “eeeeh”. Denotan inseguridad y nerviosismo a la vez que falta de control del contenido.
Voz no lineal
A menudo, los discursos largos pueden resultar monótonos y aburridos aunque el contenido sea interesante. Debemos jugar con el volumen de la voz para enfatizar ciertas partes, la velocidad aumentando en las partes menos relevantes y disminuyendo en las partes con más importantes y jugar también con los silencios para, por ejemplo, separar apartados.
Da opción a que el público intervenga
Interactuar con el publico te acerca más a ellos. Hace que estén más atentos a tu discurso y se sientas parte de él. Puedes hacerlo de dos maneras dependiendo del tiempo que tengas para exponer y de la cantidad de información que vayas a dar. Por un lado, puedes mantener una conversación abierta, de tal manera que la gente pueda ir interrumpiendo tu exposición para preguntar o puedes hacer una ronda de preguntas al final de la misma.
Mira a los ojos si alguien pregunta
Cuando te hacen una pregunta dirígete siempre a la persona que te la ha formulado. Para ello mírale a los ojos aunque de vez en cuando levantes la mirada al resto de oyentes para que se sientan involucrados en la respuesta ya que puede ser que esa misma duda puedan tenerla alguna personas más.
¿Conoces algún consejo más?
Si tienes algún truco que uses a la hora de exponer y quieres añadirlo a esta lista, no dudes en comentarlo.
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¡Muy útiles los consejos, Martha! Hay que tomar nota, porque somos muchos a los que nos pone de los nervios hablar en público o delante de una cámara… ¡Muchas gracias y enhorabuena por el post!
Muchas Gracias Leonor! Me alegra mucho que te sea útil. Un beso!